miércoles, 1 de febrero de 2012

PODRÍA SER UN CUENTO DE LA POSGUERRA PERO ES UNA REALIDAD

Dedicado a mi madre


Igual que el cuento de la lechera, que después de hacerse tantas ilusiones, el cántaro con la leche se rompió. Eso le pasó a mi madre en el relato que escribo a continuación.
Eran los años cincuenta, mi madre tenía un gallo y una gallina, que con mucho esfuerzo pudo comprar, pues apenas tenía dinero para dar de comer a todos sus hijos que eran diez.
En ese tiempo había mucha gente que pasaba hambre y falta de toda clase de comodidades, sólo teníamos la ropa que llevábamos puesta, y cuando nuestra madre lavaba esa ropa nos tocaba estar acostados hasta que se secaba.
En casa no teníamos agua corriente, y la ropa se lavaba en un lavadero público.
Allí lavaban todas las mujeres del pueblo, por aquellos años todavía no sabíamos qué era una lavadora.
Ante tantas escaseces mi madre tuvo la idea de, en vez de comerse los huevos que ponía la gallina, guardárselos, y cuando tuvo muchos y la gallina se puso clueca, dejó que la gallina incubara los huevos, (incubar los huevos es igual que los pájaros en los nidos, están las madres dando calor a los huevos, y al cabo de veintiun días los pollitos empiezan a romper el cascarón de los huevos y salen de ellos), son amarillos, preciosos, y muy pequeños y desvalidos pero enseguida aprenden a andar.
Pasado el tiempo empiezan a salirles las plumas y éstas ya son del color que tienen que tener ya de mayores, pues como los pájaros hay una gran variedad en colores.
Mi madre estaba muy contenta pues habían nacido doce polluelos, y como el cuento de la lechera, pensaba vender los pollitos y comprar un conejo y una coneja, para criar conejos y poder venderlos también, porque los conejos crían mucho y tienen muchos conejitos y así podría venderlos y ganar mucho dinero. Con las ganancias pensaba comprar una cerdita pequeña, y criarla hasta que fuera mayor y pudiera tener cerditos, de ellos nos quedaríamos uno lo engordaríamos y sacaríamos jamones, chorizos y morcillas, tendríamos mucha comida, porque como todos sabéis del cerdo se come hasta el rabo. El resto de los cerditos los venderíamos para obtener algun dinero que ayudara a vivir mejor a toda la familia.
Pero un día vio que los pollitos tenían una especie de piojos que tiene los animeles de plumas;
por aquellos tiempos los niños también tenían piojos, y sus madres les rociaban la cabeza con flit y se la tapaban con un pañuelo y al cabo de una hora se la lavaban y se la aclaraban con vinagre, así con el olor del vinagre tardaban más tiempo en volver a tener nuevos piojos. Mi madre pensó: ... rociaré los pollitos con flit y mataré los piojos que tienen. Y dicho y hecho, cogió los pollos de uno en uno y les roció de flit; también les tocó el turno al gallo y a la gallina.
Estaba terminando su tarea, cuando vio que los primeros pollos que había rociado empezaban a dar vueltas y caían al suelo. Mi madre se dio cuenta del error que había cometido y empezó a gritarnos a todos: ¡Venid, venid! , ayudadme a bañar a los pollos a ver si salvamos algunos. Pero no se salvó ninguno, se murieron todos, incluídos gallo y gallina.
Y mi madre lloraba desconsolada exclamando: Dios mío, he traído la ruina a esta casa, y como no paraba de llorar, mi hermano que tenía diez años y yo que tenía ocho, le dijimos: Madre, no te preocupes, que mis hermanos y yo nos pondremos a trabajar y traeremos dinero a casa. Mi madre nos miró con cariño y nos abrazó llorando.
Así fue cómo a tan corta edad nos pusimos a tabajar y aprendimos una lección que nos ha servido para siempre: que no se pueden hacer cuentas con el dinero que puedes ganar, sino con el que ya tienes ganado.

EL LAVADERO



Yo vivo en la Vall de Uxó pero para mí este es mi pueblo, estoy aquí desde los siete años la Vall es un pueblo acogedor aquí todos tenemos cabida, durante muchos años hemos tenido trabajo y calidad de vida por eso hay tanta gente de habla castellana.

Digo que es un pueblo muy acogedor, porque cuando llegamos de todas las provincias de España, la gente de Vall de Uxó nos acogió con cariño y sobre todo las personas mayores, se esforzaron mucho para hablarnos en castellano, porque como es normal, nosotros no entendiamos el ´´valenciano``.

Eran años de mucha escasez y miseria y no había agua en las casas, y para lavar la ropa teníamos que ir al lavadero, pasaba yo allí las mañanas de los domingos mis hermanas y yo lavando la ropa de toda la familia. Pues solo teníamos dos mudas y había que lavar la ropa de trabajo el domingo para el lunes, puesto que los sábados también trabajábamos. El lavadero público estaba en medio de la calle que viene de la plaza de San Vicente hacia la avenida Corazón de Jesús teníamos que levantarnos a las siete de la mañana para coger los primeros sitios porque más atrás el agua se volvía muy sucia, hacía un frío terrible, ya que el lavadero estaba descubierto por todos los lados solo tenia cubierto el techo. En la parte de atrás había un abrevadero para beber los animales que iban a trabajar al campo con sus dueños, coches habían muy pocos. Lavábamos durante cuatro o cinco horas la ropa de toda la semana y una de nosotras cada vez que teníamos un barreño lleno lo llevaba a casa y allí se tendía dicha ropa, para que se secara.

Los chicos venían a ver a las chicas y se colocaban detrás, ya que al inclinarnos para lavar se nos veían las piernas por detrás, así que buscamos la solución y nos colocamos un delantal delante y otro detrás ya que en esa época pocas mujeres llevaban pantalones.

El lavadero era el telediario porque allí era donde te enterabas de todas las noticias del pueblo (si se habían visto alguna pareja de novios besándose o si fulano iba con mengana en fin todos los cotilleos del pueblo). Pero a pesar de todo lo pasábamos de maravilla contándonos chistes y fantaseando con los chicos que nos casaríamos el día de mañana teníamos muy poco pero éramos felices.

Hoy me doy cuenta de lo poco que necesitábamos para ser felices, y llego a la conclusión que ahora la gente tiene de todo y con abundancia, y no es feliz.

Bienvenidos!

Soy Fina Ortega. Os doi la bienvenida a mi blogg.